Hoy tuve ganas de volar,
despegar tantito los pies del suelo
correr y elevarme por el aire...
Tener esa sensación de desconcierto
como cuando probamos algo desconocido
pero a la vez se nos es tan natural
que nos da miedo tomarle gusto.
¿Te imaginas que belleza?
el poder transportarte sin requisitos,
sin pasaporte o permisos de aduana
ir a París de día
y volver por la madrugada admirando el océano.
Poder tocar las nubes
y danzar sobre ellas al ritmo de Louis Armstrong,
que las estrellas me sirvieran de velas
y la luna de foco para encontrar mi dirección.
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